No se ha hecho justicia al esfuerzo cotidiano de ateneos y bibliotecas libertarios por crear una cultura "alternativa" (qué antipática es esta palabra, pero no se me viene otra) y popular. Según todos los testimonios, fomentaron a tal punto el autoaprendizaje que, aunque solo leyeran folletos, consiguieron erradicar casi totalmente el analfabetismo entre sus miembros. Hay recuerdos imborrables en mi tierra de jornaleros que aprovechaban para leer, a veces simples hojas de propaganda volanderas, los descansos para comer de la dura jornada de trabajo en el campo andaluz. El prestigio de sabios que alcanzaron su gente más famosa, desde Kropotkin a Anselmo Lorenzo, Eliseo Reclús o Ferrer i Guardia, es legendario. Sigue ocurriendo: Agustín García Calvo era uno de los latinistas más prestigiosos del mundo, aparte de filósofo y poeta. Eduardo Mendoza, el novelista catalán recientemente premiado, lo sigue siendo. Todo esto, por descontado, con el silencio más escandaloso de la Cultura oficial de fondo... A ver si somos capaces de volver a crear ese halo y una red parecida..

Manuel - Cuenta abandonada at 2016-12-15T15:17:41Z

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