Mucho se le llena la boca a los políticos y a los curas con el derecho a la vida, aunque no sea con unas condiciones dignas, pero nadie habla de la muerte (salvo de la pena de muerte), que va íntimamente unida a la vida (si nada muriese nada podría vivir). La humanidad (o naturaleza humana: "conjunto de cualidades y caracteres propios del ser humano"), que es lo que merece la pena ser vivida, incluye esas condiciones durante la vida y debe incluir la decisión libre y lo más autónoma posible (o asistida, si no es posible) de morir cuándo y cómo uno quiera.

Varios familiares míos han muerto entre grandes sufrimientos porque sus creencias religiosas y las leyes les impedían decidir morir dignamente. Yo no quiero que eso me pase (si me llegase a ocurrir). Por eso investigaré las opciones a mi alcance mientras estoy sin enfermedades graves y en plena posesión de mis facultades.

Testamento vital 

Asociación Derecho a Morir Dignamente 

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