Juan Gabalaui

Juan Gabalaui at

Cuando era adolescente fui a un mitin de Blas Piñar. Un antifascista rodeado de fachas, muchos de ellos jóvenes de mi instituto y de la zona. Vinieron conmigo chavales que se consideraban de izquierdas, del Che Guevara y esas cosas. Años después me decían que votaban a Izquierda Unida. Recuerdo poco la palabrería patriótica pero sí me acuerdo de la gente que conocía de vista y que me sorprendió que fueran fascistas. Este ejercicio de curiosidad no lo he vuelto a repetir exceptuando algunos eventos donde he ido a sacar fotos. Ese día, aunque ya se notaba la desbandada de la militancia fascista, que se empezaba a refugiar en Alianza Popular, me di cuenta de lo cerca que tenía al fascismo y del embrujo que podía tener en muchos jóvenes. De lo que no me di cuenta, hasta tiempo más tarde, es que vivíamos una época de desideologización, alimentada por un PSOE que no solo abandonó definitivamente el marxismo sino también la voluntad de transformar la sociedad desde las ideas socialistas. Trasladó el eje de la izquierda hacia la derecha y en este movimiento lo acompañaron millones de españoles, que aún así siguieron considerándose socialistas aunque no creyeran creíble la posibilidad de una sociedad socialista. El tiempo permite mirar aquella época, mediados de los ochenta, con la suficiente distancia como para reconocer el efecto práctico de ese cambio en lo más cotidiano. Solo hay que mirar a muchos de los que te rodeaban y la evolución política que han tenido en estos años.

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