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Contaminación minera en Espinar cobra su primera víctima

Certificado de defunción atribuye muerte de pobladora a un choque séptico y una insuficiencia cardio-respiratoria concomitante a un cáncer renal con exposición e intoxicación crónica por cadmio y arsénico.

La pobladora Margarita Ccahuana Córdova de la comunidad campesina Alto Huancané, en Espinar, Cusco, se convirtió en la primera víctima certificada por cáncer renal producido por envenenamiento con arsénico y cadmio presentes en el agua y los suelos de dicha región a causa de la actividad minera, denunciaron el médico ambientalista Fernando Osores Plenge y el abogado del Instituto de Defensa Legal (IDL) Juan Carlos Ruiz Molleda.

Ruiz indicó que el Ministerio del Ambiente, Ministerio de Salud y la Dirección Regional de Salud del Gobierno Regional de Salud del Gobierno Regional de Cusco no atendieron a tiempo a la pobladora para salvar su vida. “Hasta el momento, el Estado no ha realizado ninguna acción para proteger, indemnizar o tratar médicamente a las víctimas. Es decir, para el Gobierno las personas afectadas con metales pesados no interesan”, dijo.

Margarita Ccahuana Córdova es solo uno de los varios casos en adultos y niños que fallecieron víctimas de cáncer y otros que están expuestos a un grave riesgo de intoxicación crónica por metales pesados, principalmente cadmio y arsénico.

La fallecida denunció en vida el abandono por parte del Estado con respecto a su estado de salud y solicitó al IDL su representación legal a “a fin de tomar las acciones legales pertinentes y se restituyan mis derechos, así como se sancione a los responsables”.

ENVENENAMIENTO POR METALES

El médico Osores informó que el certificado de defunción de Ccahuana Córdova atribuye su muerte a un choque séptico y una insuficiencia cardio-respiratoria concomitante a un cáncer renal, con la contribución de la exposición e intoxicación crónica por cadmio y arsénico que contribuyeron al fallecimiento.

“Si bien el formato ya estructurado del certificado médico, fuerza y obliga a señalar que esta exposición no deberían estar relacionada con la enfermedad o estado morboso que produjo la muerte, la evidencia científica indica una fuerte asociación al cáncer renal, hay suficiente evidencia científica para sostener que el cadmio y el arsénico son dos cancerígenos humanos reconocidos que causaron su muerte”, dijo.

La fallecida participó en el estudio del Centro Nacional De Salud Ocupacional Y Proteccion Del Ambiente Para La Salud (CENSOPAS) 2010 del Instituto Nacional de Salud (INS), pero los resultados de dicho estudio fueron entregados tres años después de su ejecución y carece de la firma de un responsable de laboratorio.

En ese año Margarita Ccahuana Córdova, según el CENSOPAS, mostraba en su organismo niveles peligrosamente elevados de plomo, arsénico, mercurio y cadmio. Según las guías oficiales del propio Ministerio de Salud del Perú para no expuestos ocupacionalmente, ella excedió en 70.5, 109.97, 15.5 y 80.70 la concentración limite máxima permisible según dichas guías.

La pobladora recibió sus resultados recién en el 2013, cuando ya estaba en un estado de agonía, pero otros participantes del mismo estudio ya habían fallecido por causas desconocidas o por cáncer como lo reporta la misma Dirección Regional de Salud (Diresa) del Cusco.

El médico Osores manifestó que el riesgo de que Margarita a padecer una intoxicación crónica por exposiciones repetidas a plomo, arsénico, mercurio y cadmio durante un período prolongado de tiempo (meses, años o toda la vida) a bajas concentraciones y que esto le produjera un daño orgánico acumulado en su cuerpo es real. “No puede esperarse a que se pruebe con un nivel de certidumbre tal que no deje ninguna duda”, aseveró.

ESTADO NO HIZO NADA

El abogado del IDL Juan Carlos Ruiz Molleda indicó que los hallazgos, “indicaban claramente que Margarita debió ser atendida y monitorizada de forma permanente por las autoridades competentes del sector salud”.

“Margarita tenía un riesgo incrementado a sufrir cáncer, no había necesidad de una certidumbre científica para darse cuenta de ello y actuar con precaución y prevención. Incluso desde antes del estudio del CENSOPAS en el 2010, la evidencia era suficiente y razonable para satisfacer a cualquier funcionario público escéptico, de la necesaria prevención. No existía excusa para no actuar con anterioridad en términos de protección de la salud, la vida y la integridad humana en Espinar”, enfatizó.

El letrado comentó que el Estado “omite informar que dicho estudio ha sido realizado y financiado con dinero privado de la Empresa Minera Quechua, titular del Proyecto Minero Quechua en la provincia de Espinar”.

Añadió que “está claro que engañosamente el CENSOPAS hizo pasar como un estudio de iniciativa propia y oficial del Estado Peruano, un estudio comprado por la empresa interesada. De esta forma el Sector salud del estado Peruano no cumplió con sus deberes y funciones de protección imparcial de sus ciudadanos a la exposición por metales pesados y el estudio solo se realizó porque la empresa minera, la mayor interesada lo compró”.

“No cabe duda de que el gobierno peruano intentará lavarse las manos, señalando cómodamente que seguramente Margarita estuvo expuesta en un solo momento a los metales que en concentraciones toxicas se encontraron en su organismo, pero que siendo una medición única ‘una foto del momento’, eso no indica nada más que una exposición fortuita, casual y única, por lo que el cáncer de Margarita es una pura coincidencia del destino en relación a los metales que en ella se encontraron”, anotó.