Hoy recibí un llamado de alguien que dijo ser integrante de la campaña de un candidato (elecciones en el Colegio Público de Abogados de San Isidro). Esa persona no me comunicó ninguna propuesta, sólo se encontraba interesada en saber si contaba con mi voto.-
Mientras le estaba informando que tenía que estudiar con detenimiento la propuesta de ese candidato, como la de otros (he recibido por e-mail algunos ítems de las mismas) y le daba el espacio para que me informara sobre algún tema que fuera de mi interés, cortó el llamado (número privado).-
No voy a decidir mi voto por esa descortesía, aclarando que desconozco si realmente era quien decía ser.-
Les dejo algunos temas, sobre los que me interesaría su tratamiento: a) El combate del tráfico de influencias derivado del ejercicio de la función pública; b) La corrupción en el ámbito de la Administración de Justicia (destacando que debería reconocerse, en primer lugar, el problema); y c) El acceso al sistema de notificaciones y presentaciones electrónicas desde cualquier sistema operativo.-
Si no observo, al menos, el tratamiento de dos de estos temas, en esta oportunidad, votaré en blanco (por supuesto, no se trata de un voto "influyente", pero ello resultaría coherente).-
P.D. Sigo analizando la opción c y dedicándole un tiempo muy valioso a ese tema. Tampoco sería (modo potencial) ajeno a las consecuencias que produce, en la práctica profesional, el desinterés (o posible encubrimiento) de los temas indicados en los puntos a y b. Si bien, el privilegio de la impunidad otorgado por un grupo de pertenencia (o por una facción del mismo), torna muy dificultoso la prueba de cualquier hecho relacionado (no se ve más que lo que se quiere ver), resulta mucho más fácil detectar los mecanismos que lo facilitan (claro está, que ello tampoco puede estar a cargo de las mismas personas que otorgaron tal privilegio).-

¡ Saludos !
Jorge