La respuesta a esa pregunta suele ser "yo no soy racista, pero...", cuando no se afirma directamente antes de decir algo contra un colectivo.

No hace tanto tiempo que asumí que era racista (*) y machista, lo que me llevó a un camino por el que todavía transito y en el que, de vez en cuando, me paro a reflexionar sobre esos temas para eliminar el racismo y el machismo que hay dentro de mí.

En el caso del racismo el desconocimiento de las otras personas es un factor a tener en cuenta: se teme lo que no se conoce, y más si te dicen que es peligroso personas en las que confías.

(*) Racista en el sentido de tener prejuicios sobre los gitanos, no en el sentido de creerme superior a nadie por razón alguna.