Juan Gabalaui

Juan Gabalaui at


Tenemos un chivo expiatorio oficial que condiciona las políticas de inmigración de los países europeos. Forma parte de la retórica de odio de la extrema derecha y de la no tan extrema, al igual que de la izquierda autoritaria y más conservadora. Sirve como argumento para la discriminación, levantar muros, construir campos de concentración y planificar agresiones a otros países. Son los culpables perfectos. Es fácil comprar este discurso porque son diferentes, porque su cultura es vista con recelo y porque los medios de comunicación se han encargado de señalarlos como una anomalía cultural y religiosa violenta y sedienta de sangre. Todo apunta a ellos. No es necesario votar a VOX ni a ninguno de los partidos políticos de la extrema derecha europeos. El discurso construido resulta creíble para cualquiera. Son seres, nos sugieren, de los que no te puedes fiar, violentos, sanguinarios, amorales. Odian la cultura occidental y planean destruirla, aniquilarla sin piedad. Son los musulmanes. El chivo expiatorio que ha conseguido reemplazar a los judíos del imaginario europeo. Son los receptores de un odio que ha ido alimentándose durante décadas por los medios de comunicación, la industria audiovisual y la geoestrategia occidental. Han construido una imagen siniestra a la que odiar.


Chivos expiatorios