La derecha se reencuentra con la palabra libertad cuando no gobiernan. Tradicionalmente han apoyado, justificado y tolerado regímenes autoritarios pero ahora gritan libertad como si formara parte de su ideario. La pandemia les ha ofrecido un campo de juego perfecto para activarla. Las restricciones propias de una situación de emergencia sanitaria son traducidas como ataques a los derechos fundamentales, a la libertad de pensamiento y de acción. Lo cual les lleva a catalogar a los gobiernos que las implantan como dictatoriales. Así se convierten en los principales valedores de la libertad y en luchadores contra la dictadura progresista y totalitaria. Además, en el caso del estado español, esta lucha recupera principios y planteamientos propios de la dictadura fascista española como el anticomunismo exacerbado, el tosco y grosero patriotismo, el desmesurado y ofensivo anticatalanismo y la sagrada unidad de España. De esta manera, los activistas de la derecha española luchan contra la dictadura [inventada] con las armas de la dictadura [real]. Esta inversión de lo real pervierte las relaciones sociales y políticas y conduce, inexorablemente, a la patologización de la sociedad.