Miguel Ángel Ordóñez Moya

Cómo aprender filosofía - 10 consejos para autodidactas

Miguel Ángel Ordóñez Moya at

Genial el libro que recomiendan Filosofía para la vida: Y otras situaciones peligrosas de Jules Evans



http://equanima.org/filosofia-artesana/como-aprender-filosofia



 

¿Cómo aprender filosofía en casa o por tu cuenta? Muchas personas no saben cómo hincarle el diente a esta disciplina con fama de hueso, ya se trate de adultos autodidactas o de familias homeschoolers. La filosofía les atrae y les repele a partes iguales. ¿Por qué?

La gente odia la filosofía

#Razón 1: Por su mala experiencia como alumnos en el instituto (ya es hora de que los profesores de filosofía dirijamos la tan cacareada actitud crítica hacia nosotros mismos y hagamos borrón y cuenta nueva. O, al menos, que dejemos de echar la culpa a todo quisqui antes de atrevernos a cuestionarnos a nosotros).

#Razón 2: Porque la propia tradición filosófica se ha ido encargado de hacerse antipática al alejarse de los problemas y necesidades reales de las personas corrientes (¿o la filosofía es sólo para los muy listos y especiales?). El lenguaje de los filósofos resulta incomprensible para el común de los mortales, y muchos filósofos se regocijan de ello, además de proclamar la presunta inutilidad de la filosofía como su principal virtud (¿no entendéis por qué esto es bueno? Yo tampoco).

La gente ama la filosofía

Por otro lado, y lo veo una y otra vez en ambientes muy diversos, a la gente le atrae la filosofía. Aunque no sepan cómo integrar ni desarrollar este interés en sus vidas, intuyen que tiene un gran potencial: les ayuda a entenderse mejor a ellos mismos y al mundo, despierta en ellos el espíritu crítico, les impulsa a considerar ideas nuevas y les acerca a todo un acervo de sabiduría sobre cómo vivir. Es diferente a cualquier otra disciplina: produce un click que marca un antes y un después.

Querer y no poder

Hace unas semanas me escribió un lector de la revista Filosofía Hoy que sigue mis artículos en la sección de Filosofía Práctica:

Hola, mi nombre es J., tengo 42 años y me encanta la lectura y a raíz de esa pasión empece a interesarme por la Filosofía.  Me he planteado incluso matricularme en dicha materia por la uned, pero en estos momentos mi situación familiar y laboral no hacen viable dicho sueño.

Me encanta leer y como en toda lectura uno sacas sus propias conclusiones, teorías, etc… pero me siento incapaz de pasarlas a un papel, me bloqueo. De un tiempo para acá leo mucho y me doy cuenta de que no profundizo, un ejemplo: me pongo a leer a Savater y este empieza a nombrar filósofos y yo venga a cambiar de lecturas según autor y todas sin terminar. Tengo un deseo de aprender, pero no llego a ningún sitio.

Ceo que tu me podrías ayudar.

 ¿Te suena? ¿Te sientes reflejado?

 

10 consejos prácticos para aprender filosofía por tu cuenta (y riesgo)

A grandes problemas, grandes soluciones. Pon en práctica estas recomendaciones originales, prácticas y probadas sobre cómo aprender filosofía. Por mi propia experiencia personal y profesional sé que funcionan. 

#1. Olvídate de lo has aprendido

A no ser que hayas tenido un profesor extraordinario, una rara avis, lo mejor es que intentes desligarte de tu experiencia con la filosofía de la secundaria. Eso es otra cosa.

Vas a redescubrir la filosofía y lo vas a hacer a tu manera: sin programas aburridos, sin presiones, exámenes ni calificaciones. ¡Siéntete libre! Este viaje que inicias es único y personal, no dejes tu destino en manos de un Ministerio, un sistema o una rancia tradición (patriarcal, dicho sea de paso). Como dice Machado: “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Huye de la ortodoxia.

#2. No hay urgencia

No tengas prisa y acepta tu ignorancia. No te agobies ni te avergüences por todo lo que no sabes. De hecho, te animo a que tomes tu urgencia (o tu vergüenza) como objeto de reflexión. Reflexiona también sobre el sentido de tu interés por aprender filosofía (¿a qué se debe? ¿Qué esperas encontrar?) y, sobre todo, aprende a decir “no sé” con toda tranquilidad. Sólo partiendo de la ignorancia se puede aprender algo nuevo y en ti hay ideas filosóficas potentes/latentes aunque tú no las llames así. 

#3. Piensa por ti mismo

Ese es todo el secreto de un buen filósofo: atreverse a salir de las convenciones sociales y del pensamiento automatizado y coger las riendas de su capacidad de razonar de manera autónoma. Hay en ti mucho más de lo que crees, y no te estoy haciendo la pelota ni es que tú seas muy especial, es que el ser humano tiene esa capacidad filosófica como tiene la capacidad de bailar. Déjate de complejos y búsquedas en Google y saca al filósofo que hay en ti.

#4. Haz las paces con Internet

El enorme banco de información que constituye la red puede ser un arma de doble filo y tienes que aprender a manejarlo con inteligencia si no quieres que se convierta en una enorme pérdida de tiempo y fuente de frustración en tu proceso de aprendizaje.

Limita y selecciona.

Limita tu tiempo de lectura y escoge un par de blogs/webs para inspirarte y buscar recursos. Sobre todo, deja de comportarte como un pato mareado y de pasar horas navegando yendo de un sitio a otro (¿a que te he pillado? No te preocupes, nos pasa a todos :). Lo más probable es que al final solo habrás logrado estar hecho un lío, pero aprendizaje poco. Recuerda preguntarte por el sentido y por la finalidad de lo que estás haciendo en Internet (¿qué problema estás investigando?) o serás uno de esos incautos que sucumben a las clónicas webs de profesores de filosofía de secundaria.

Por ejemplo, la web de la revista Filosofía Hoy va publicando artículos de números pasados. Así puedes acceder a artículos divulgativos de calidad gratis. Te dejo un par de artículos recomendados:

  • Entrevista a André Comte-Sponville, uno de los filósofos actuales que venden más (merecidamente).
  • Descubre a Diógenes, uno de los (muchos) filósofos interesantes excluídos de los programas académicos (yo no lo estudié ni en la Universidad) y de los más injustamente criticados. Te aseguro que merece toda tu consideración.

Y, claro, te invito a seguir este blog para estar al tanto de recomendaciones más específicas. Puedes suscribirte via RSS, ingresar en nuestra comunidad de pensadores aquí, o permanecer conectado a través de facebook o de twitter.

 #5. Participa en comunidades de aprendizaje. 

El que te invite a estudiar filosofía desde casa no quiere decir que te anime a encerrarte y a convertirte en un ermitaño de la filosofía. No, por favor, no lo hagas. Ya hay suficientes ratones de biblioteca y gente que usa la filosofía para refugiarse de la vida.

Al revés, te animo a que uses la filosofía para socializar y aprender en grupo, ya sea en simples reuniones de amigos o participando en prácticas filosóficas colectivas. ¿Sabes que es un café filosófico? Te invito a que investigues un poco y te acerques a uno, ya los hay en muchas ciuades. Por ejemplo:

Hay muchísmos más repartidos por todo el globo (adelante que habrá especial sobre los cafés en este mismo blog más adelante). Prueba haciendo una búsqueda en Google con le término “café filosófico” o “diálogo filosófico” e indicando el nombre de tu localidad.

Inspirados en esta práctica, en EQUÁNIMA organizamos nuestros Open TalQ abiertos y gratuitos. Si estás en Madrid, esta actividad te va como anillo al dedo. Suscríbete a nuestra newsletter para recibir los avisos (y, tranquilo, que haremos un buen uso de tu mail: sólo recibirás información que pensamos que puede resultarte de interés, sin agobiarte con constantes ofertas comerciales).

#6. Pon los libros a tu servicio

Pierde el “respeto” a los libros, son herramientas no las Tablas de la Ley. Abren mundos nuevos, sí, pero ante todo son herramientas que tú tienes que aprender a usar en tu beneficio y en el de los demás. Si eres de los que les da reparo hacer anotaciones o subrayarlos, tienes un problema.

- Comprar libros puede ser una forma de consumo como cualquier otra.

Y ya sé que esto no está muy bien visto decirlo. Te aconsejo ser pragmático y no con comprar libros que no vas a leer. Piensa en el tiempo del que realmente dispones para la lectura (y en tu familia!). Aunque luego los puedes usar para hace una barbacoa o calentarte en invierno, lo más probable que no te atrevas y termines acumulando libros que no hacen más que coger polvo. En ese caso, mejor regalarlos (y así otro tiene la oportunidad de acumular etc.; el ciclo de la vida :-P).

- Savater, ¿quién es ese?

Amigo J: para aprender filosofía no tienes que leer a Savater (ni a ningún otro philosophy-star), sobre todo si éste no hace más que complicarte las cosas. Ojea los libros con tranquilidad en la librería o biblioteca, haz un buen repaso del índice, piensa si puede serte útil y en qué.

- Hegel, ¿quién es ese?

Idem respecto a los grandes y barbudos clásicos (por cierto, ¿y si lees a una filósofA? Aunque no tengan barba pueden tener algo interesante que decir). No caigas en la mitomanía filosófica colectiva. ¿A qué te lleva?  ¿A parecer muy culto ante tus amigo? No es eso lo que a ti te mueve.

- Si no lo entiendes, cambia de libro.

Si no entiendes muchas palabras del libro que estás leyendo y te ves obligado a ir a Google cada dos por tres, es que ese libro no es para ti (no, al menos, en este momento). Deja de sufrir y cambia de lectura, aunque en la portada del libro diga que está dirigido a todo el mundo (es que se ha puesto de moda decir eso de “filosofía para todos”, pero suele ser mentira). Muchos van de divulgadores por la sencilla razón de que así abarcan más mercado, pero son incapaces de ponerse en la piel de un lector como tú.

- Una recomendación para arrancar:

Filosofía para la vida: Y otras situaciones peligrosas

de Jules Evans, un libro sencillo, directo, práctico y con chicha. Echa un ojo al índice:

  1. Sócrates y el arte de la filosofía callejera.
  2. Epicteto y el arte de mantener el control.
  3. Musonio Rufo y el arte del trabajo de campo.
  4. Séneca y el arte de gestionar las expectativas.
  5. Epicuro y el arte de saborear el momento.
  6. Heráclito y el arte de la contemplación cósmica.
  7. Pitágoras y el arte de la memorización y del encantamiento.
  8. Los escépticos y el arte de cultivar la duda.
  9. Diógenes y el arte de la anarquía.
  10. Platón y el arte de la justicia.
  11. Plutarco y el arte del heroísmo.
  12. Aristóteles y el arte de la plenitud.

Sugerente, ¿verdad? Este libro te va ayudar a aprender filosofía y sobre todo a aplicarla a tu vida para ser más feliz, más sabio, más fuerte. Cada lección muestra una técnica filosófica acompañada de historias y anécdotas de gente corriente, como tú y como yo, capaz de ponerla en práctica en su vida cotidiana.

“Inspirador… demuestra que la filosofía va mucho más allá de las lecciones en clase soporíferas” Financial Times

“Preciso y brillante” Tom Hodgkinson, escritor.

“Lleno de sabiduría clásica y a la vez muy vigente con ideas actuales” Tom Butler-Bowdon, escritor.

“Riguroso, honesto y con mucho humor” Louise Chunn, editora de Psychologies Magazine

Cómpralo en tapa blanda por 17,95 y en versión Kindle a un precio muy bueno: 12,34 euros.

Filosofía para la vida: Y otras situaciones peligrosas

 

Nota: la trasparencia es importante para mí. Si compras el libro a través del enlace de arriba, yo gano una pequeña comisión, pues soy afiliada de Amazon. Así que, si te animas, ¡GRACIAS! Me ayudas a mantener mi trabajo en este blog dedicado a ayudar a otros a aprender y así puedo seguir compartiendo gratuitamente contenidos que creo que son interesantes y originales. Y que esto no te haga dudar de la calidad de mi recomendación, que es completamente libre, sincera y personal. Lo he leído y es un gran libro, muy útil para iniciarse y más aún. De los que no cogen polvo en tu biblioteca. Comprándolo ganas tú, gano yo, ganamos todos. Win-win

- Di no al copy&paste filosófico.

Que tu lectura sea un espacio tiempo para la reflexión personal, no un IKEA donde comprar ideas prefabricadas con los que decorar tu mente. Es mucho más satisfactorio ser un artesano de ideas.

- Leer no lo es todo, amigo.

No restrinjas la disciplina a los libros. La filosofía (la experiencia filosófica) aparece en los lugares más insospechados: en el cine, por supuesto, pero también en el mercado, en los comics, en una exposición de fotografía o en un acantilado.

#7. Dialoga y sobre todo escucha

Todos los consejos que te estoy dando son útiles, pero si alguien me preguntara en un ascensor cómo aprender a filosofar le diría: ¡aprende a dialogar! El día que realmente empiezas a escuchar a los demás, tu mundo cambia, y no exagero. Búscate la manera de aprender este arte (en este blog podrás ir aprendiendo trucos y actitudes) pero no te olvides de esto, es esencial.

 #8. No separes nunca la filosofía de tu propia vida

 ¡Craso y frecuentísmo error!

Todos tenemos una manera propia de estar en el mundo, de establecer relaciones y de interpretar lo que sucede y eso constituye un material valiosísimo para la indagación filosófica.

Unos temas nos importan, otros no. Unas cosas nos resultan interesantes y placenteras, otras odiosas. El significado que otorgamos al amor, la verdad, el yo y tantos otros grandes conceptos varía, porque cada individuo tiene un modo propio de encarnar y conjugar estas ideas, de hacerlas suyas.

Estas creencias nos permiten habitar el mundo, construir una identidad, comunicarnos y relacionarnos con el entorno y, sin embargo, no siempre nos son conocidas ni somos conscientes de ellas. Y es que sucede que una cosa es lo que uno piensa o dice que piensa y otra lo que su día a día realmente muestra. Pongamos un ejemplo:

Laura es una chica joven que estudia sociología. Asiste a cursos de feminismo y siempre dice que ella tiene las ideas muy claras. Sin embargo, mantiene una relación con un hombre que, si bien también se autocalifica como feminista, de hecho no la trata en un plano de igualdad y ejerce una figura paternal y autoritaria sobre ella: es condescendiente, toma decisiones por ella, aspira a educarla y, como él dice, a “sacar lo mejor de ella”. La vida de Laura muestra una realidad distinta a lo que su discurso sostiene y a las ideas que ella defiende con vehemencia. ¿A qué se debe esta discordancia? Laura es feminista sólo en el plano teórico, lo que podemos llamar filosofía teórica o ideal, pero el feminismo no forma parte de su filosofía de vida real, de su filosofía operativa, la que se manifiesta en el encuentro de la persona con el mundo. Laura, además, lo desconoce. 

Recuerda: no te quedes sólo en la esfera del pensamiento abstracto. Que no te pase como a Laura: ¡presta atención a tu filosofía de vida!

#9. Déjate entusiasmar y disfruta del viaje

Si en tu aprendizaje no hay placer, hay algo que no estás haciendo bien. La filosofía no es un artefacto teórico con el que amargarte la vida. Es cierto (ya te lo aviso y es bueno que lo consideres) que muchas veces filosofar exige valor. Es también cierto que te surgirán retos, no sólo intelectuales sino existenciales, pero de ahí a asumir una posición de amargura hay un trecho. Yo al menos no creo en eso. Creo que la filosofía debe estar al servicio de la vida y ser una vía de disfrute, de descubrimiento, de comprensión, de transformación. Pensar mejor para vivir mejor. Permite que la razón se alíe con el placer.

#10. Maneras originales y atípicas de empezar

- Vale, Ada, me has convencido pero sigo sin tener claro qué hacer ahora.

- Pues sería recomendable que empezaras a estudiar a los griegos por orden cronológico. No, es broma. Paso a sugerirte 4  cosas concretas y gratuitas que puedes hacer ya. ¡Suerte y que “el viaje sea rico en experiencias y en conocimientos”!

- Convierte twitter en un arma de destrucción/construcción filosófica. Se acabó el citar a Galeano. ¡Es tu turno, amig@! Crea tus propios aforismos y pégales sin rubor el hashtag #filosofía (pero, por favor, no añadas más ruido al ruido; publica solo los pensamientos que te parezcan valiosos; es imposible tener 300 buenas ideas al día, asume tus limitaciones y ponle freno a tu ego).

- Empieza un Diario filósofico. No te asustes, es una manera un poco rimbombante de llamar a un cuaderno donde apuntas tus ideas. Así puedes ir depurándolas y precisándolas (hasta los 140 caracteres ;-)). Muchas veces, escribir es la mejora forma de clarificar tus ideas sobre un tema.

- Analiza tu filosofía de vida. Ya te hablado de la importancia de esto más arriba. Puedes usar tu cuaderno filosófico para ello. El estudio de la propia filosofía de vida, su análisis crítico y el contraste con otras teorías permite un sano distanciamiento respecto a las propias ideas, una desidentificación, lo que ya supone una ganancia de libertad y una ampliación de posibilidades: no solo es posible esto que siempre he hecho/pensado/dicho/etc sino también esto otro. Permite entender la existencia de cosmovisiones diferentes, facilita un estado de apertura, la percepción de una realidad más grande.

Si no tienes  ni idea de cómo arrancar, este ejercicio puede ayudarte.

- Monta tu propio café filosófico en casa. Aunque no hace falta que lo llames así, claro (tú verás cómo resulta más atractivo para tus amigos y/o familia). Te doy unas pautas:

QUÉ ES. Un café filosófico es un diálogo en grupo moderado por un filósofo (en este caso, alguien asumirá esta función) para indagar en un tema de interés para todos. El tema apunta siempre a una cuestión de carácter universal, ya sea bajo la forma de una pregunta o de un concepto: el amor, la verdad, la muerte, el arte, el conocimiento, la libertad, la identidad, el sufrimiento, el tiempo, la religión, la moral, la política o la sociedad.

CÓMO PROCEDER. Vais a indagar en grupo sobre la cuestión planteada, partiendo de vuestras propias ideas y experiencias vitales. No es necesario ningún tipo de formación filosófica previa.

- Moderación: te sugiero que tú mismo hagas el papel de filósofo-facilitador (aunque un profesional con experiencia haría cosas que posiblemente a ti no se te van a ocurrir, tú también puedes velar por la buena marcha del diálogo). En cualquier caso, el moderador deberá:

  • adjudicar los turnos de palabra
  • potenciar el diálogo, pidiendo a los participantes que aclaren, sinteticen o profundicen en sus intervenciones, planteando preguntas que estimulen la reflexión,
  • e invitar y velar por a que los participantes colaboren en la investigación del tema. A diferencia de un debate, no hay ganadores ni perdedores.

¿Te atreves?

- Sal de la tradición occidental. ¿Y por qué no? Particularmente, si estás muy bloqueado, te sugiero apagar el ordenador y despejar antes que nada tu mente, a través de dos experiencias nada ortodoxas en nuestra tradición filosófica occidental: la meditación y la relajación. Puedes realizar estos ejercicios guiado por la voz de Ramiro Calle, que sabe de lo que habla. De nuevo, un recurso totalmente gratuito que, por raro que resulte, puede suponer un punto de inflexión en tu manera de aprender filosofía.

¡Es tu turno!

Acerca de la autora de esta entrada, Ada Galán

Ada Galán es artesana de ideas, cofundadora de EQUÁNIMA y autora del blog Filosofía Artesana, donde comparte estrategias y recursos para ayudarte a aprender filosofía de forma práctica y vivencial. Si eres autodidacta y quieres acceder a estrategias, ejercicios y materiales que te ayuden en tu camino, sin duda este sitio es para ti. Conecta con ella: @AdaGalan agalan@equanima.org

Sergio Caro, xikufrancesc, EVAnaRkISTO likes this.

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