
La libertad es poder divertirse con las amigas sin prohibiciones. Tomar cañas, abrazarse, reírse. Moverse sin restricciones. Rechazar las imposiciones y las limitaciones. Salir a la calle cuando queramos. Somos libres. Después de más de un año de pandemia, la derecha ha sabido leer el estado de ánimo de la sociedad madrileña y le ha dicho lo que quería escuchar. Díaz Ayuso transmite confianza y optimismo. En una entrevista en el diario 20 minutos le preguntaron qué Madrid veríamos en dos años si seguía gobernando. Ayuso contestó: Va a ser una nueva etapa en la que la gente joven va a recuperar sus vidas. Una etapa de socializar, de poder tener pareja y estudiar. La balanza se va a inclinar del lado de la vida, de los proyectos. Veo un Madrid muy ilusionante. Ayuso vende ilusiones. La realidad es otra cosa pero no importa. El relato es capaz de modificar la percepción, al menos a corto plazo, sobre la propia realidad. Ayuso es como el padre de la Vida es bella, interpretado por Roberto Benigni, que se inventa un juego para ocultar a su hijo la realidad del campo de concentración en el que están encerrados, con la diferencia de que la sociedad no es una niña y que su intención no es proteger sino engañar. El engaño lo podemos entrever, al día siguiente de las últimas elecciones a la Comunidad de Madrid, cuando se convoca un concurso público para que consultoras privadas gestionen 1.509.097,85 euros de fondos europeos. La consultora privada que sea agraciada podrá morder de esos fondos públicos el trozo de pastel que le ofrece la presidenta madrileña. Está práctica no es nueva. Por supuesto. Es la manera especial de actuar del Partido Popular madrileño desde hace décadas.
Madrid zona cero
EVAnaRkISTO shared this.