Laura Arjona Reina

Laura Arjona Reina at

Ojo, parrafada.

TL;DR
El software libre es una cuestión ética, que no encaja con la lógica del mundo en que vivimos (porque está mal el mundo, hay que cambiarlo). La mayoría sigue lo q pide el mundo, que como mucho, es apoyar proyectos de código abierto (y sólo si parecen muy 'viables'). Por eso contribuyen pocos. Pero algunos contribuimos porque seguimos hackeando el sistema, y venceremos :)

Versión larga

No creo que sea algo particular del software (libre o no).

El individualismo y el sistema económico que vivimos se han hecho cultura, y han convencido a muchos para que gestionen su economía personal/familiar como si fuera una empresa capitalista: en competencia con los demás (o me alío sólo si veo muy claro el beneficio), mínimo gasto, máximo 'beneficio', alguna inversión con riesgo, algún gasto de esos sociales de cara a la galería. El problema es que eso entra en contradicción con algunos aspectos que son tremendamente humanos y la lógica individualista-capitalista no resuelve bien (como los valores más importantes que el beneficio o la seguridad económica, la gestión justa de la abundancia o de la escasez, el desarrollo de la ciencia y el conocimiento, las cuestiones “públicas” en el sentido de colectivas, comunitarias).

En esa 'tensión' o contradicción vivimos todos: los usuarios de soft libre y los proyectos. Vislumbramos otras 'lógicas' posibles, porque estamos viviendo ejemplos concretos de ellas (economía del regalo, basada en el bien común, gestión comunitaria de proyectos, bienes inmateriales que son de vital importancia…) pero también vivimos 'en este mundo' (empresas de software libre, campañas publicitarias o de donación que inciden en la lógica individualista (“lo q obtienes con tu inversión”) y triunfan, economías precarias y situaciones de difícil supervivencia que hacen parecer que “vivir de otra manera, con otro sistema” no es posible…), en esa tensión andamos, y cada uno resuelve como puede (o se rinde o se deja llevar, y entonces gana el sistema actual).

Y digo, en el software libre se ve muy claro, pero esto se vive también en otros ámbitos: desde ONGs, partidos, sindicatos, AAVVs y comunidades de vecinos, hasta las fiestas de cumples de los niños y la organización de los asistentes para los regalos…

Personalmente, intento poner mi tarjeta bancaria donde pongo mi palabra, porque es uno de los testimonios de apoyo que más suelen impactar, por lo que he comentado antes. No sólo en software libre. El control comunitario sólo es posible si la financiación también es comunitaria (y por eso me inquietan un poco las “grandes donaciones que salvan proyectos” como el caso de GnuPG u otros, o las grandes empresas que 'salvan' la economía de algunos pueblos…).

Pero sobre todo, creo que es fundamental poner en práctica medios concretos para demostrar a nuestro alrededor que otras economías son posibles y otros modelos de vida más comunitarios (¡y humanos!) también son posibles.

Por eso contribuyo económicamente a algunos proyectos de software libre que creo que tienen también ese trasfondo, y por eso sigo 'rompiéndome la cabeza' junto con mi hijo para buscar un regalito personalizado para Menganita o Zutanito (hijo ¿qué cosas le gustan?¿qué colores?¿sus personajes favoritos?)), y me siento con él para que le haga un dibujo, y le escriba algo, en lugar de poner x euros para el regalo 'colectivo' que lo compra Mamá X y es eso q les gusta a todas porque sale en la tele y vale mucho dinero pero entre todos tenemos así que asunto resuelto.

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